sábado, 14 de enero de 2012

El exilio

La pena de muerte ya está en Puerto Rico, pero para los inocentes que estamos en la calle....

Este quote lo vi en los comments de la noticia del asesinato de la joven pareja que andaba en su carro anoche por la #2, aparentemente, muy cerca de donde yo estuve, en Ponce, a la altura de Villa Grillasca.

Este blog viene después de la muerte de Karla Michelle, y después de que le salvara la vida con su corazón a otro ser humano. También viene acompañado de un montón de otras noticias de asesinatos, incluyendo el primero por violencia doméstica (de hombre a mujer), y un hombre que arrollo a su hijastro de tres añitos y se dio a la fuga.

Son tantas las noticias de este tipo que ya las palabras se le escapan hasta a las personas más palabreras, por decir una palabra, como yo. Te vuelves insensible, ya casi dormido, entumecido, pero en ese espacio, hay que despertar.

Yo le he dado el break (y realmente, the joke’s on me) a seguir viviendo aquí porque, aunque pueda sonar como una estupidez para muchos y solo los surfer me entiendan, amo Puerto Rico por sus olas. Soy un bodbyoarder empedermido, y realmente es una pasión que trasciende las “fiebres” de muchos. Pero en algún momento, hay cosas que superan eso. Es tiempo de recogerme e irme.

Desde el 2007, no encuentro un trabajo donde pueda decir, OK, aquí me quedo. Todos han sido temporeros, por contrato, y no he tenido el sustento suficiente para salir independiente. Me he mantenido estudiando en la universidad, haciendo un segundo bachillerato porque el primero no da para nada, en Redes (de computadora) y Telecomunicaciones, apostando a que en ese campo hay suficiente demanda laboral como para que me rinda frutos esta vez.

Creo que debo de ir recogiendo mis cosas antes de terminarlo.

Soy un joven de 29 años, que sale mucho a la calle, que le encanta el jangeo y el vacilón, en un país extremadamente violento y algarete. Yo no sé porque mataron a la pareja en Ponce. Una vez, salí con una chica embarazada que luego me conto que se había dejado del novio, que corría un punto en un caserío, tuvo la osadía de llamarlo mientras estaba en mi carro y decirle que la buscara, sin yo saberlo. Demás está decir que nunca la volví a ver, más por mi decisión que por otra cosa. Ese tipo de cosas te buscan el rafagaso. Otra es salir con mujeres que estén separadas, casadas, con novio, o que sean ex de tipos psycho. Me he visto en el lugar de esa pareja, no porque ellos fuesen ilegítimos, sino porque he dicho “OK, tengo que salir de esto porque me puedo ver así.” A veces no lo sabes hasta que es demasiado tarde.

¿Tú sabes todo lo que he luchado para estar vivo? ¿Todo lo que he estudiado, aprendido, todo el sacrificio de mi familia…? Claro que no, y claro que cada cual tiene su circunstancia. Esta cabrón perderlo todo por una estupidez como esa.

La otra fue que los confundieran. Mire mi pana, si yo te mando a matar a alguien y limpias a los que no son, lo menos que puedo hacer es limpiarte a ti. Por respeto. Por hacer el trabajo mal. Estoy seguro que hay par de jefes que lo han hecho.

Este país se parece mucho al barco que se está hundiendo en Italia. Un barco bello, precioso, que se tropezó con una piedra en el camino, del cual la gente está brincando por la borda y algunos mueren en el intento, aunque tengan tierra firme justo al ladito.

La gente piensa que no le va a pasar a ellos. Estoy seguro que la muerte está tocando puertas cercanas a muchos. Yo frecuentaba Akua, club popular ponceño cerrado por un tiroteo que mato una inocente usada como escudo humano. Estuve en Ksy-Ksy cuando apuñalearon al muchacho que llevo al descenso de la esquina más popular y frecuentada del pueblo por la mayoría de los cinco años que casi llevo aquí. Cuando las cosas estaban mejor, como para el 2004, me hicieron sendo carjacking en un robo domiciliario. Tres sujetos entraron a la casa de mi ex, luego de unas fiestas familiares, porque dejamos la puerta abierta. Luego de eso, nunca dejo nada abierto.

Voy a buscar los chavos necesarios para comprarme un pasaje de ida y largarme de esta Isla. El surfing volverá cuando me lo proponga. Visitare en ocasiones, por aquello de la familia. Pero esta isla perdió su encanto – y quien sabe cuándo lo recuperará. Y créeme, voy a buscar otro sitio que no sea fucking ORLANDO.

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