Anoche hubo
otra tragedia más, esta vez en Fajardo, en una actividad donde Baby Rasta y
Gringo fueron a cantar. Yo sé que muchos les irrita mezclar géneros de música con
violencia, pero en este caso parece no ser una coincidencia, no porque los
artistas de por si hayan sido participes directos de la balacera que dejo dos
muertos y varios heridos en un drive-by desde la autopista, pero si como
agentes indirectos que atraen un corillo de gente indeseable que generalmente
no es la crema de la sociedad y donde hay mucha gente buena e inocente que va a
disfrutar de su talento como raperos.
No hace mucho
el jangeo en Ponce se daba en la calle detrás de la alcaldía, en cuyo día yo
estaba de casualidad en uno de los negocios que más se llenaban, donde se ponía
reggaetón, y cayó muerto un joven de una puñalada al corazón. Después de eso la
calle literalmente murió, y el centro del jangeo se movió a otros locales y
otras áreas del pueblo.
¿Qué quiero
decir con esto? Como todos saben este país se encuentra en una crisis: crisis económica,
crisis educativa, crisis de salud, crisis de criminalidad, crisis de valores
sociales, crisis de corrupción. Es un país que sobrevive a duras penas por un
aguante federal de botín de guerra y por una administración por la cual muchos
votan y muchos ignoran votar, pero todos se quejan. Es un país donde cada vez más
se hace difícil y difícil tener una vida productiva, donde encontrar un trabajo
está más difícil que en cualquier momento de mi vida, que es corta, pero
digamos que su momento más difícil en doce, trece años, y he hablado con
personas cuarentonas que me dicen que nunca habían visto la cosa así de mala. La diáspora (emigración) se está dando fuerte,
incluso la llevo pensando hace ya tiempo, y este año se perfila como mi límite
de tiempo prestado en este país.
En términos positivos,
sabemos que todavía tenemos ciertas libertades y nos podemos ir del país. No
tenemos problemas al estilo Iran, Iraq, y ese tipo de cosas, aunque si somos un
narcoestado donde reina el uso, distribución, y enriquecimiento de la droga. Ha
sido una alternativa para muchos, especialmente en estos tiempos difíciles. No
creo que tampoco sea coincidencia el estancamiento económico y el alza en los crímenes.
No veo porque
hacer una familia en un lugar como este, no vale la pena criarlos en este
ambiente, por lo tanto veo mi relocalización como algo inminente. Además que
los progresos y los cambios hacia un Puerto Rico mejor se ven cada vez más
distantes, mientras los políticos se sumen en la retórica de ‘cambio’ que nunca
llega, de un “quitate tu pa’ ponerme yo” en que la mayoría del país cae cada
cuatro años, incluso en primarias, y del que no se ve una salida en ningún momento
próximo.
Yo por mi
parte nunca me he rendido, siempre buscando trabajo y aunque llevo ya para un
año sin, incluyendo intentos de hacer negocio propio, me estoy viendo en la desesperación
– no tan máxima porque vivo con mi abuela – pero si bajo la realización de que
el dinero te da libertad. El dinero te compra lo que tú necesitas en este mundo
en que vivimos, te da la opción de no depender de otras personas que no sean
tus jefes o clientes. Te da la libertad de decidir qué hacer, como hacerlo,
ante la inminencia de tenerlo que hacer.
Cierro diciéndoles
que entiendo porque cada vez más los locales se cierran a la oportunidad del reggaetón,
el porque la mayoría de los nuevos talentos suckea en vivo (porque nunca
ensayan), y nada, continuare aquí estudiando hasta que se acabe este semestre
en mayo y entonces veremos a ver qué pasa. Mientras tanto, trataré de
mantenerme vivo.
